Eduardo Domínguez buscó cambiarle la cara al equipo y mandó toda la carne al asador con cuatro variantes juntas, en una apuesta que le salieron mal los cambios.
Independiente cayó derrotado por 3-0 ante Rosario Central, el equipo en esta fecha 11 de la Copa de la Liga Profesional se despidió definitivamente de la lucha por los primeros cuatro equipos. El Rojo que fue mejor en el primer tiempo hizo méritos en el segundo para perder. Eduardo Domínguez se la jugó con los cambios y le salió mal.
Este sábado, cuando transcurrían 15 minutos de la segunda etapa, Independiente aburría y perdía 1-0 ante Rosario Central. El entrenador se la jugó y metió cuatro modificaciones en el terreno de juego, saliendo: Carlos Benavidez, Damián Batallini, Leandro Benegas y Tomás Pozzo. Por su parte, entraron: Juan Cazares, Leandro Fernández, Julián Romero y Domingo Blanco.
Con estas modificaciones se buscó generar mayor volumen de juego y circuitos en el medio, pero, todo lo contrario, el equipo quedó muy descompensado atrás y completamente partido entre defensa y ataque, algo que decantó en contras del local que fueron bien aprovechadas para dar el 3-0, en un resultado que pudo ser mayor.
De esta manera, Eduardo Domínguez volvió a demostrar que no le tiembla el pulso a la hora de hacer cambios, en un partido donde se equivocó en la cantidad y momento de hacerlos, con un equipo que lejos de encontrar soluciones desnudó problemas en una endeble línea de tres, en la que la defensa no fue garantía. La equivocación fue clara, pero al menos ocurre en un partido donde el equipo poco se jugaba. Que sirva de lección para el futuro en un encuentro donde varios nombres tendrán que rever su actuación
