Un día como hoy pero de 2002, Américo Gallego debutaba en el banco de Independiente.
Es difícil quedar en la historia de Independiente, más en tiempos de vacas flacas. En 2002, el Rojo penaba en los últimos puestos, y el futuro era desolador. La campaña era de descenso, y entonces llegó un muchacho canoso que ya había dirigido a River para salvar al Diablo de su propio infierno.
El 13 de abril de 2002, Américo Gallego hizo su debut en el banco de Independiente. Fue en un chato 0-0 contra Talleres, en el entonces Chateau Carreras. Pese a que arrancó en la fecha 13, no pudo evitar el último puesto, pero el entrenador había llegado para algo más que salvar del descenso al más grande.
Con algunos refuerzos y una buena pretemporada en Necochea, el Tolo armó un equipazo fiel al paladar del hincha exigente del Rojo. Le dio la cinta de capitán a un joven Gabriel Milito, y con un tridente temido por todos los rivales, hizo que el Orgullo Nacional sea protagonista. Se coronó campeón del Apertura 2002 con Andrés Silvera como goleador del torneo, y habiendo hecho goles en todos los partidos.
Luego de un pálido Clausura 2003, volvió en 2009 para cambiarle la cara otra vez a Independiente, y lo volvió a hacer protagonista para soñar dos veces con un campeonato y meterlo cómodo en las copas. De yapa, el DT dirigió al Rey de Copas en cinco clásicos contra Racing, habiendo ganado cuatro y empatado uno solo. En 2012 volvió para salvarlo del descenso, pero no pudo evitar el desenlace final que se dio en 2013.
Pese a su último paso, Gallego sigue siendo una personalidad muy querida en el Rojo, y su figura se agiganta cada vez más conforme pasan los entrenadores y ninguno puede ganar un torneo local. Por eso, después de tantos años, lo seguimos recordando con la sonrisa y la verborragia a la que nos tenía acostumbrados.
